María José Sánchez, Medalla de Oro al Mérito de Granada, pide “mujeres referentes y líderes” en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en este ámbito
El techo de cristal es esa barrera invisible que dificulta el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad en sus carreras laborales. Impregna todos los estamentos de la sociedad, pero sobre todo afecta a aquellas profesiones tradicionalmente asociadas a la figura masculina. El ámbito científico no escapa a ello y, por eso, cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una jornada con la que la ONU pretende “conectar a la comunidad internacional con las mujeres y las niñas en la ciencia, reforzando los lazos entre la ciencia, la política y la sociedad para buscar estrategias orientadas a mejorar el futuro de éstas”. No es poca la producción silenciada durante décadas, pero la importancia del papel femenino en este apartado es notorio y así lo han constatado a lo largo de los tiempos personajes de la talla de Marie Curie, Elizabeth Blackburn o, en España, Margarita Salas.
Precisamente en nuestro país el CSIC elaboró en junio del año pasado el primer ranking de investigadoras españolas y extranjeras más citadas que trabajan en territorio nacional. Y en la octava posición de entre 5.600 figuraba la granadina María José Sánchez. Directora del Registro de Cáncer de Granada, profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública y también directora científica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada), entre otras muchas cosas, Sánchez ha sido noticia esta semana por haber recibido la Medalla de Oro al Mérito de la Ciudad de Granada en un acto que tuvo lugar en el Teatro Isabel La Católica. No es para menos. Sus estudios relacionados con la etiología, la asistencia y supervivencia de pacientes con cáncer le han permitido trabajar en proyectos de ámbito europeo, nacional y autonómico. En este 11 de febrero ha atendido a GranadaDigital para hablar de brecha de género, de ciencia y de su reciente reconocimiento.
Pregunta. ¿Sigue la ciencia siendo, en cierto modo, un mundo de hombres?
P. ¿Por qué es importante en pleno siglo XXI concienciar sobre la importancia de que la mujer tenga un papel esencial en la ciencia?
R. Porque necesitamos a las mujeres para encontrar soluciones a los problemas principales de nuestra sociedad. La ciencia y la tecnología juegan un papel fundamental para abordar los desafíos globales a los que nos enfrentamos, como la salud de una población creciente o envejecida o el cambio climático. La participación de las mujeres puede aportar perspectivas diferentes y sumar fuerzas, aumentando las posibilidades de éxito. Animar a las mujeres a perseguir una carrera científica ayuda a promover la igualdad de género y abordar algunos de los sesgos de género que aún persisten en nuestra sociedad. Concienciar sobre el papel de la mujer en la ciencia puede inspirar y empoderar a la próxima generación de niñas científicas, algo que podría tener un impacto muy positivo. Hablamos de talento científico y el talento no tiene sexo, es de hombres y mujeres.
P. ¿Qué cree que falta para conseguir la plena igualdad y dónde se acentúan más los factores que perpetúan la brecha de género en la ciencia?
R. Hay varios factores que han contribuido y siguen contribuyendo a la brecha de género en la ciencia. Algunos de estos son los estereotipos de género, que llevan a suponer que los hombres sean más aptos para carreras en ciencia y tecnología o que la mujeres sean menos aptas como líderes; la falta de mujeres científicas, tanto en la memoria histórica de la ciencia como en la actualidad, que podrían servir como inspiración y ejemplo para las generaciones futuras; la proporción mayor de responsabilidades de cuidado de menores y mayores asumida por las mujeres, y que interfiere con su progreso en un ambiente altamente competitivo y de constante actualización como es la ciencia. Sobre todo, hacen falta políticas y actuaciones a nivel nacional e institucional. Aquí hay que decir que ya se está haciendo mucho para reducir la brecha de género en ciencia y lo que deberíamos hacer es seguir en esta dirección. En la última década ha habido una evolución notable de las políticas de igualdad en I+D+I en España y Andalucía que está dando efecto. Se han visto varias tendencias de mejora como un aumento del número de investigadoras y su presencia en etapas más avanzadas de la carrera científica, así como en puestos de liderazgo científico y toma de decisiones. Por supuesto, aún quedan muchos retos por resolver y debemos seguir trabajando para eliminar los obstáculos para conseguir igualdad de oportunidades entre las mujeres y hombres científicos.
P. ¿Qué ha supuesto para usted ser reconocida por la ciudad de Granada con la Medalla de Oro al Mérito?
R. Agradecimiento por la sensibilidad que ha tenido la Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento y también la de la Diputación de Granada, premiando la investigación en cáncer, además de la investigación liderada por una mujer. La ciencia necesita mujeres referentes y líderes. Siento orgullo y satisfacción, pero tengo que reconocer que el premio no es solo mío, sino del grupo de investigación que tengo la suerte de coordinar y de las instituciones que represento: la Escuela Andaluza de Salud Pública, el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP). Y ojalá este reconocimiento sirva para despertar y fomentar nuevas vocaciones científicas entre las niñas y jóvenes, porque necesitamos mujeres sin límites para la ciencia del futuro.
P. También hace aproximadamente una semana recibió el premio ‘Cátedra de Investigación Antonio Chamorro-Alejandro Otero’ de la Universidad de Granada, siendo uno de los seis que otorgan la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental y la Fundación RAMAO…
R. Si, últimamente estamos muy contentas porque hemos tenido muchos reconocimientos científicos. Recibimos este premio por un trabajo relacionado con el cáncer de mama y de ovario hereditario asociado a mutaciones en unos genes llamados BRCA1 y BRCA2. Hace ya más de 25 años que se descubrió el papel de estas mutaciones en el cáncer y que se implementaron las pruebas diagnósticas para su detección en la práctica clínica. El trabajo premiado hace una revisión histórica de los principales problemas éticos relacionados con las pruebas genéticas para estos cánceres y cómo éstos han evolucionado junto con los avances de la tecnología en este campo. Estoy especialmente orgullosa de este premio porque realicé este trabajo como parte de mi formación en un Diploma de Especialización en Bioética de la Universidad de Granada. Las científicas debemos continuar formándonos y aprendiendo siempre. Es uno de los puntos más atractivos de la carrera científica, en mi opinión. Y sin duda esto es una forma de poner en valor el impacto y la utilidad de la formación recibida.
P. Recientemente conocimos las proyecciones de futuro respecto a la posibilidad de padecer cáncer y, en 2030, en Granada serán casi 7.000 casos nuevos de cáncer y unas 2.500 defunciones por esta enfermedad. Son datos alarmantes. ¿Cómo se realizan este tipo de predicciones?
R. Efectivamente, lo que se espera en las próximas décadas es que aumente el número de casos nuevos de cáncer en Granada. Actualmente, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres residentes en la provincia de Granada desarrollarán un cáncer a lo largo de la vida. Estas proyecciones se realizan a partir de los datos reales de incidencia de cáncer obtenidos en los registros de cáncer de población, como el de Granada, y con los datos de la población de Granada, utilizando métodos estadísticos complejos. Por lo tanto, estamos ante un problema de salud pública muy importante.
P. ¿Y cómo podemos prevenir su aparición?
R. La buena noticia es que sabemos que casi un 40% de los casos de cáncer se pueden prevenir si adoptamos estilos de vida más saludables (una dieta equilibrada mediterránea, realizar actividad física y manteniendo un peso saludable, no fumando y disminuyendo el consumo de alcohol). La prevención primaria es la estrategia más costo-efectiva a medio y largo plazo. Por otro lado, es muy importante participar en los programas de detección precoz de los cánceres de mama, colon-recto y cuello de útero, y consultar a los profesionales sanitarios ante cualquier signo o síntoma sospechosos de cáncer. Si los cánceres se diagnostican en estadios más tempranos vamos a ser capaces de tratarlos de forma menos agresiva e invasiva y va a mejorar la calidad de vida y la supervivencia de las personas con cáncer. Prevenir, prevenir y prevenir. Es nuestra responsabilidad como ciudadanía.