Los niños españoles consumen más del doble de azúcares añadidos de los que recomienda la OMS
Sin embargo, sólo el 35% de los azúcares añadidos consumidos por los niños españoles procede de alimentos con elevada densidad nutricional
Así se desprende de un estudio observacional realizado por investigadores del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada ibs.GRANADA y del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos ‘José Mataix Verdú’ de la Universidad de Granada, que ha sido publicado en la revista norteamericana Nutrients
Esta investigación, realizada sobre 1.775 padres de niños españoles de 7 a 12 años, ha evaluado la densidad nutricional de los alimentos que aportan azúcares añadidos a la dieta de los niños, utilizando índices adaptados ad hoc por los investigadores, bases de datos nutricionales y etiquetados de alimentos comercializados en España
Los niños españoles consumen al día más del doble de azúcares añadidos de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): 55,7 gramos/día, muy por encima del máximo de 25 gramos/día que recomienda la OMS. Así se desprende de un estudio observacional realizado por investigadores del Instituto de Investigación Biosanitario de Granada (ibs.GRANADA) y del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos ‘José Mataix Verdú’, de la Universidad de Granada, que ha sido publicado en la revista norteamericana Nutrients y cuyos resultados se han presentado esta mañana.
Así, el trabajo “Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional” concluye que es necesario revisar la dieta del menor para privilegiar la presencia de alimentos con mayor densidad nutricional y menor aporte de azúcares añadidos, así como perseverar en la estrategia de reformulación de productos por parte de la industria alimentaria.
Este estudio observacional ha contado con la participación de 1775 padres con hijos entre 7 y 12 años a través de una encuesta distribuida online y ha sido liderado por Jesús Francisco Rodríguez Huertas, catedrático de Fisiología de la UGR. En él han participado también María Dolores Mesa-García, catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR, miembro del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA) y miembro de la Red Ricors del Instituto de Salud Carlos III Red SAMID (Salud Maternoinfantil y del Desarrollo), y Marta Palma Morales, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos ‘José Mataix Verdú’ y del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada.
Las cifras de obesidad infantil siguen aumentado año tras año a nivel mundial, con una prevalencia de sobrepeso y obesidad en población infantil del 23,3% y el 17% respectivamente. Una alimentación rica en azúcares libres está asociada con un mayor riesgo de obesidad, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.
Los autores construyeron un índice para evaluar el valor nutricional de los alimentos objeto del estudio, reflejando la densidad de nutrientes presente en cada porción de cada alimento (NDIS), y un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), calculado en función de la cantidad diaria consumida de cada alimento.
El 65% del azúcar añadido procede de alimentos con baja densidad nutricional
De acuerdo con los resultados, el 65% de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños españoles procede de alimentos y/o productos con baja densidad nutricional: el azúcar blanco, mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial, barras de chocolate, bizcochos y repostería casera, bebidas energéticas y/o para deportistas.
El otro 35% de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños españoles procede, por el contrario, de alimentos y/o productos con mayor densidad nutricional. De densidad media, postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados; y de densidad alta, batidos envasados con al menos un 90% de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas.
Según los datos del estudio y del índice NDIS, la leche es el alimento más consumido por los niños españoles y cuenta con una densidad nutricional muy alta –solo mejorada por las leches infantiles enriquecidas, que son el alimento con mayor aporte de nutrientes esenciales por ración-. La leche aporta proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, magnesio, potasio, zinc, vitamina A, riboflavina y niacina, nutrientes esenciales para su etapa de desarrollo y crecimiento.
En el caso de los cereales de desayuno, obtienen una valoración nutricional alta y aportan el 5,9% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,3 g / día). Lo mismo ocurre con los batidos con al menos un 90% de leche, que también aportan estos nutrientes en cantidades similares con la diferencia de que contienen azúcares añadidos -aportan el el 6% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,4 g / día)-, por lo que podrían mantenerse en la dieta, ya que cuentan con un índice de densidad nutricional alto, siempre que exista un consumo global de azúcares añadidos por debajo de las recomendaciones establecidas por la OMS.
Por el contrario, las galletas y el cacao en polvo, que contienen más de 10,3 g/ración y 7,3g/ración de azúcares añadidos respectivamente, son consumidos con alta frecuencia (entre 4 y 6 veces a la semana) y, en consecuencia, son los dos alimentos que mayor cantidad de azúcares añadidos aportan cada día a la dieta de los niños españoles. Sin embargo, ambos alimentos no contribuyen significativamente al aporte de nutrientes esenciales por su baja densidad nutricional.
Errores de percepción de los padres
El estudio revela que no todos los padres tienen una visión clara sobre el perfil nutricional de los alimentos que consumen sus hijos. De hecho, es significativo que productos que aportan alta cantidad de azúcares añadidos por ración (por encima de 15 g / ración) y que tienen baja densidad nutricional (<1,5 en el índice NDIS), caso de las bebidas energéticas o para deportistas, las barras de chocolate, los néctares de fruta, el cacao en polvo o los helados, sean percibidos por los padres como de calidad nutricional normal, equivalente a la que le dan a otros alimentos con bajo aporte de azúcares añadidos y alta densidad nutricional, como las leches infantiles enriquecidas, las bebidas vegetales, los cereales de desayuno o los batidos con al menos un 90% de leche.
Es particularmente llamativo el caso de los bizcochos y de la repostería casera, que los padres valoran con un perfil nutricional bueno, equivalente al de las leches enriquecidas infantiles o las bebidas vegetales, cuando aportan 17 g de azúcar añadido por ración y tienen un bajo índice de densidad nutricional. O el de las galletas, consumidas ampliamente por la mayoría de niños, que son percibidas positivamente, a pesar de aportar más de 10 g de azúcar añadido por ración.
Las leches infantiles enriquecidas son la categoría con mayor densidad nutricional de las analizadas -duplica a la leche básica en el índice de aporte de nutrientes-, aportando una baja cantidad de azúcares añadidos (<5 g por ración), por lo que representan una oportunidad potencial para la mejora del patrón dietético de los niños, considerando los déficits de ingesta de algunos nutrientes esenciales, que han puesto de manifiesto estudios recientes como ESNUPI.
Propuestas para reducir el consumo de azúcares añadidos
Una de las principales conclusiones de este trabajo es que el valor nutricional de un alimento no debe evaluarse sólo en función del azúcar que contiene, sino que deben considerarse el resto de nutrientes que éste puede aportar a la dieta, es decir, su densidad nutricional. “Se debe concienciar a la población para disminuir el consumo de todos los productos que contienen azúcares añadidos, prioritariamente de aquellos con baja calidad nutricional. En el contexto de una dieta saludable y nutricionalmente adecuada, se podría mantener un consumo ocasional (1-2 raciones/semana) de productos con calidad nutricional baja, siempre que el contenido de azúcares añadidos sea bajo o moderado”, apunta Jesús Francisco Rodríguez Huertas, director del estudio. Por otro lado, añade, “se debería fomentar una menor presencia en la dieta de productos que están aportando cantidades significativas de azúcares añadidos en favor de otros similares o equivalentes sin azúcares añadidos, por ejemplo el yogur natural en lugar del yogur azucarado o saborizado; la reformulación de los productos que aportan azúcares añadidos y que son altamente consumidos; y la mejora del etiquetado nutricional, que debe ofrecer más información del aporte real de azúcares añadidos y minimizar la confusión con los azúcares naturalmente presentes”.
Por otra parte, según los autores del estudio, la realidad sobre el valor nutricional de los alimentos no se corresponde con la percepción de los padres ya que a lo hora de elegir un producto se centran sobre todo en su contenido de azúcar. Así, “son necesarias campañas de educación nutricional dirigidas tanto a padres como a niños para concienciarles de que la calidad de un alimento no debe evaluarse solo por el azúcar que contiene, sino que también deben considerarse otros nutrientes básicos que contribuyen a favorecer una dieta saludable y equilibrada”, explica Rodríguez Huertas.
Similitud con resultados previos
Los resultados del presente estudio han relevado que los niños españoles consumen una cantidad elevada de azúcares añadidos, 55,7 g/día. En el estudio ESNUPI el consumo total de azúcares añadidos en niños españoles entre 6 y 10 años fue de 41,4 g/día para los niños y 35,9 g/día para las niñas. El estudio ANIBES reportó una ingesta de 48,6 g/día de azúcares añadidos en niños españoles de 9 a 12 años. Aunque estos estudios difieren en la metodología utilizada para cuantificar la ingesta de azúcar, la edad de los niños y la fórmula utilizada para calcular la cantidad de azúcares añadidos en los alimentos, los resultados muestran de forma consistente que la ingesta de azúcares añadidos de los niños españoles está por encima de las recomendaciones y destacan las necesidades de estrategias de reducción de azúcar.
En cuanto a las principales fuentes de azúcares añadidos, este estudio muestra las galletas, el cacao en polvo, los yogures azucarados y los postres lácteos como los alimentos que más aportan a la ingesta. Estos resultados están en concordancia con los recientemente publicados del estudio de la ESNUPI, donde los azúcares añadidos a la dieta infantil (1-9 años) procedían principalmente de yogures, bollería/pastelería y azúcares/dulces. Cinco años antes, el estudio ANIBES también mostraba que los chocolates, refrescos, bollería/pastelería, yogures de sabores y otros lácteos azucarados eran las principales fuentes de azúcares añadidos en la dieta de los niños españoles con edades entre 9 y 12 años.
Metodología: Índices que evalúan la densidad nutricional de los alimentos y su impacto en la dieta
El estudio, que ha contado con una muestra de 1.775 adultos con hijos de entre 7 y 12 años, tenía como objetivo estimar la ingesta de azúcares añadidos y analizar la densidad nutricional de los alimentos que aportan estos azúcares a la dieta de los menores. Los resultados han permitido conocer el patrón de consumo de alimentos con azúcares añadidos en los niños, a través de un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos y de percepción de calidad nutricional dirigido a los padres. Se realizó una estimación de las raciones habituales utilizando la guía fotográfica de porciones de alimentos consumidos en España y para determinar la composición de los alimentos se utilizó la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA). Para estimar el contenido de azúcares añadidos se utilizaron datos reportados por diversas empresas, datos de etiquetado nutricional e incluso resultados de análisis en laboratorios certificados.
Los autores construyeron un índice para evaluar la calidad nutricional de los alimentos objeto del estudio, reflejando la densidad de nutrientes presente en cada porción de cada alimento (NDIS), y un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), calculado en función de la cantidad diaria consumida de cada alimento. El índice NDIS de cada producto se calculó sumando las ratios entre el contenido de cada nutriente por ración y los valores de referencia establecidos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para la población pediátrica. El DNII se calculó sumando los cocientes entre la ingesta media diaria de cada nutriente y los valores de referencia establecidos por la EFSA para la población pediátrica.
Los valores de referencia para los niños que se han tenido en cuenta son: los valores medios establecidos de requerimiento energético (RA) para la energía total; los rangos de ingesta de referencia (IR) para carbohidratos, fibra y grasa; las ingestas dietéticas recomendadas de proteínas; las ingestas de referencia de la población de vitaminas y minerales, folato, niacina, riboflavina, tiamina, vitamina A, vitamina B6, vitamina C, calcio, hierro y zinc; y las ingestas adecuadas (AI) de α-tocoferol, vitamina B12 y vitamina D, y los minerales magnesio, fósforo, potasio y selenio.
Para clasificar los alimentos según su NDIS, los autores consideraron la leche como alimento de calidad de referencia, con un NDIS calculado de 3, ya que aporta una cantidad significativa de nutrientes sin contener azúcares añadidos. Por lo tanto, los alimentos con un NDIS cercano al de la leche (NDIS > 2,5) se consideraron de alto valor nutricional. Los alimentos con un NDIS entre 1,5 y 2,5 se consideraron de densidad nutricional media, y los alimentos con un NDIS inferior a 1,5 se consideraron de baja densidad nutricional.
En cuanto al contenido de azúcares añadidos, se consideraron productos con bajo contenido de azúcares añadidos aquellos con menos de 5 g por ración, contenido moderado de azúcares añadidos aquellos con 5-10 g por ración, alto contenido de azúcares añadidos aquellos con 10-15 g por ración, y muy alto contenido en azúcares añadidos aquellos con más de 15 g por ración.
También se calcularon los índices anteriormente descritos, que evalúan la calidad de los alimentos, como el SAIN (Score of Nutritional Adecuation of Individual Foods) que considera el contenido de proteína, fibra, hierro, calcio y vitamina C, y el LIM (Nutrient to be limited) que considera nutrientes no saludables: sodio, azúcares añadidos y ácidos grasos saturados. Un alimento con un índice SAIN > 5 se considera de buena densidad nutricional. Un alimento con un índice LIM >7,50 se considera rico en nutrientes nocivos para la salud.
Referencia bibliográfica:
Added Sugar Consumption in Spanish Children (7–12 y) and Nutrient Density of Foods Contributing to Such Consumption: An Observational Study
Marta Palma-Morales, María Dolores Mesa-García and Jesús R. Huertas
Nutrients 2023, 15(3), 560
https://www.mdpi.com/2072-6643/15/3/560
Contacto:
Jesús Francisco Rodríguez Huertas
Catedrático del departamento de Fisiología
Facultad de Ciencias del Deporte
Teléfono: 958241000 ext. 20319 / 958243879
Correo electrónico: jhuertas@ugr.es