Dos terapias españolas se suman al arsenal en investigación contra el cáncer
Investigadores de dos centros españoles acaban de publicar sus hallazgos relativos a la identificación de dos nuevas terapias contra distintos tipos de cáncer. Una noticia que aporta esperanza en la lucha contra la enfermedad y que demuestra el buen estado de la investigación que se hace en nuestro país.
La investigación es necesaria para poder encontrar nuevas dianas que ataquen al cáncer de la forma más específica posible y nuevas moléculas capaces de dirigirse a esos objetivos identificados en la célula tumoral y actuar.
Desde hace 16 años, la Fundación Mutua Madrileña convoca anualmente sus Ayudas para la Investigación Médica, un programa para fomentar la investigación de excelencia en hospitales españoles y que ha servido para financiar más de 1.400 proyectos de investigación a lo largo de estos años. Estudios y ensayos clínicos que han dado lugar a miles de publicaciones científicas y que siguen dando origen a artículos que avanzan poco a poco en el conocimiento de la enfermedad.
En estos últimos meses han sido dos los estudios que han dado sus frutos. Los hallazgos se han publicado en sendas revistas científicas: Cancer y EBioMedicine y ambos han sido logrados por jóvenes investigadoras españolas, de la Universidad de Granada y del Instituto Josep Carreras, respectivamente.
Un gen para destruir células
En Granada, el equipo de la doctora Houria Boulaiz, del grupo de investigación “Terapias avanzadas: Diferenciación, Regeneración y Cáncer” de la Universidad de Granada, y pertenecientes al Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBS Granada) y a la Unidad de Excelencia ModelingNature: from nano to macro de la UGR, ha desarrollado un sistema de terapia génica para el cáncer capaz de frenar la proliferación de células de diferentes tipos de tumores, tales como el colorrectal, el de cérvix y el de mama, tanto in vitro como in vivo, deteniendo de esta forma el crecimiento del cáncer. El sistema, basado en la toxina LdrB, ha sido patentado y descrito en la revista científica Cancers.
La terapia génica suicida consiste en introducir a nivel celular un gen que no es propio del organismo o que es defectuoso en él. Una vez dentro de las células, el gen actúa logrando el efecto deseado, en el caso de este estudio, inducir la muerte a las células tumorales.
El estudio es una prueba de concepto de que la toxina LdrB es una molécula eficaz para acabar con las células tumorales y ahora tendrán que probar que puede dirigirse de forma específica a los tumores concretos y que puede llegar a utilizarse en humanos.
Actualmente, hay otras toxinas que se están utilizando en ensayos clínicos para diferentes tipos de cáncer, como la toxina botulínica o la difteria A. Frente a ellas, la gran ventaja de la toxina LdrB es su tamaño reducido (solo 35 aminoácidos), lo que permitiría su suministro de forma mucho más fácil que las otras.
Antihistamínicos en leucemia
Por su parte, en Barcelona, el grupo de Ruth Risueño, del grupo de Células Madre Leucémicas del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, ha descubierto el potencial de un grupo de antihistamínicos (los fármacos que se utilizan para tratar la alergia) para eliminar células de la leucemia mieloide aguda.
La leucemia mieloide aguda (LMA), la más común en adultos, representa el 40% de todas las leucemias en el mundo occidental. Su incidencia en nuestro país se estima en 15 nuevos casos por millón de habitantes y año. Su tratamiento con quimioterapia remite del 50% al 85%, y tras el tratamiento tiene un alto índice de reincidencia.
La solución no es tan sencilla como la utilización de estos fármacos comunes, porque los que hay disponibles a día de hoy se degradan rápidamente y tampoco se dispone de una técnica que permita administrarlos directamente sobre las células enfermas. El equipo de Ruth Risueño está trabajando en hacer más estables estos fármacos, al mismo tiempo que desarrolla un mecanismo para que puedan administrarse de forma directa y específica sobre las células madre leucémicas.
Dos esperanzas bastante certeras que nacen de equipos españoles y que se suman a toda la investigación y avances en la batalla contra los distintos tipos de cáncer.