Una técnica quirúrgica minimiza los síntomas del parkinson en más de 350 pacientes
Foto: De izquierda a derecha, Higinio Almagro Castro, Delegado territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Manuel Bayona García, Director Gerente del Complejo Hospitalario de Granada y Adolfo Mínguez Castellanos, coordinador del área de Enfermedades sistémicas, cardiovasculares y neurológicas del ibs.GRANADA y líder del grupo de Neurociencias clínicas
Una cirugía consistente en acceder a determinadas zonas del cerebro que tienen una actividad “anómala” ha permitido a más de 350 pacientes andaluces minimizar de los síntomas del parkinson desde el año 1995.
La técnica quirúrgica accede a una zona del cerebro denominada “núcleo subtalámico” en la que se implantan uno o dos electrodos, que posteriormente se conectan a un generador de corriente eléctrica que se sitúa debajo de la piel del abdomen.
Cada año, en el Hospital Virgen de las Nieves, perteneciente a este complejo sanitario andaluz se interviene a alrededor de veintena de pacientes nuevos, ha destacado hoy la Consejería de Salud.
Este tratamiento quirúrgico no erradica la patología ni la progresión de la misma, sino que minimiza los movimientos involuntarios y la lentitud de los mismos, la rigidez y el temblor, permitiendo así mejorar la calidad de vida.
Desde 1995 Granada es un referente en la asistencia e investigación en esta patología y, en la actualidad, dispone de una de las seis unidades Multidisciplinarias acreditadas por el Sistema Nacional de Salud en toda España para tratamiento neuroquirúrgico, la denominada estimulación cerebral profunda.
De esta forma, recibe a pacientes de distintas provincias de Andalucía y de comunidades autónomas limítrofes.
Asimismo ha desarrollado, en colaboración con otros grupos, líneas de investigación pioneras en terapia celular y en biomarcadores para su diagnóstico precoz.
El parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, después de la enfermedad de alzheimer, y en la actualidad constituye un problema de salud de primer orden por su frecuencia y repercusión socio-sanitaria.
Sus síntomas fundamentales son la lentitud y dificultad de movimientos, la rigidez, el temblor y las alteraciones de la postura y marcha.
Pese a que todavía no existe un tratamiento capaz de prevenir o detener el proceso neurodegenerativo, en las últimas décadas se han desarrollado nuevas estrategias, médicas y quirúrgicas, que han mejorado en gran medida el control de los síntomas de la enfermedad y la calidad de vida de sus afectados.